viernes, 29 de julio de 2016

Calor o fuego

A veces me dejo seducir
por cuerpos fugaces
y sentimientos que éstos dicen tener.
Me dejo seducir por esas promesas vacías
y esas ganas locas de salir a bailar.

Pero es entonces cuando me doy cuenta:
yo sólo sé bailar si eres tú quien agarra mis caderas,
sólo sé sentir si eres tú quien me besa,
y es tu cuerpo el único
que me incita al pecado.

Y es que prefiero el calor al fuego:
prefiero quemarme contigo poco a poco
y pasar luego varios años de duelo,
a incendiarme con el deseo de otros cuerpos
y salir intacta, sin siquiera saber qué es el dolor.

Que eres tú quien me hace estar en casa,
quien me hace conocer el hogar.
Que tu nombre es un lugar demasiado perfecto
en el que quedarse a vivir;
tu nombre rima con el adjetivo «feliz».

viernes, 22 de julio de 2016

Tengo miedo (¿qué sientes tú?)

Y de repente me entra el miedo;
miedo a ti,
miedo a mí,
miedo a sentir.
Y sobre todo miedo a tus sentimientos.

Porque yo te dejo que sepas qué siento
pero sin embargo lo que sientes tú
es para mí un misterio...
Y eso me asusta.

Creo que nunca te he oído diciendo
«te echo de menos»,
«me gustas»,
«quisiera estar contigo ahora»;
nunca te he oído siquiera pronunciar nada de eso.

Lo siento, a veces la inseguridad está al acecho
y necesito que me abraces fuerte
y me recuerdes que estás conmigo:
que no tiene sentido que esté asustada.

Y es que yo no sé qué piensas cuando estoy contigo,
no sé qué sientes en ningún momento.
Ni siquiera sé por qué,
cuando me besas,
acabas sonriendo.

Dime exactamente qué sientes.
Dime por qué sigues llenándome de abrazos
sabiendo que yo quizá me enamore
del sabor de tu cuerpo.

Necesito que me aclares por qué estás a mi lado:
no sé el por qué, y no saberlo me da miedo.
Perdóname, me estoy sintiendo débil
y necesito saber qué sientes por mí.
De verdad... Necesito saberlo.

sábado, 16 de julio de 2016

Tus acordes

Aún recuerdo ese momento
en que me sonreíste por primera vez:
tú en el escenario
y yo a pie de él.

Y es que fue en ese preciso instante
en el que tu sonrisa se convirtió en la luz que iluminaba la sala,
y en el que te convertiste tú en los acordes
de los que estoy enamorada.

Aún recuerdo esas caricias en el bar
y ese beso que provocaron un rato más tarde.
Y fue en ese momento en el que me di cuenta;
algo en mí empezó a arder.

Y es que todas esas noches
en que te has dormido acurrucado entre mis brazos,
han sido los momentos más felices
que he vivido en mucho tiempo.

Aún recuerdo, sí, todos y cada uno de esos días
desde que todo empezó.
Porque fue entonces cuando conocí la felicidad
y desde entonces siempre está conmigo.

Y es que eres tú quien me ha enseñado que,
aunque en ocasiones parezca que no,
la esperanza existe, está presente,
si yo misma me quiero.

domingo, 10 de julio de 2016

Cómo decirte

Cómo decirte que llevo toda mi vida queriéndote
aunque te conozca desde hace poco más de siete meses.

Cómo decirte que he pasado de ser alcohólica
a ser adicta a tus sonrisas.

Cómo decirte que mis labios ahora sólo buscan los tuyos
que han dejado de enamorarse de botellas para hacerlo de tus besos.

Cómo decirte que eres a quien escribía
cuando no sabía a quién le dedicaba el poema.

Cómo decirte que «ojalá estuvieras aquí»
es la frase que más se repite desde que te conocí.

Cómo decirte que desde que estoy a tu lado
eres la luz por la que me guío.

Cómo decirte que tú eres la constelación
que me ayuda a orientarme cuando el mundo se vuelve oscuro.

Cómo decirte que eres la única persona
con la que quiero pasar noche y día.

Cómo decirte que me estoy enamorando de mí
desde que estoy junto a ti.

Cómo decirte que entre tus brazos
todo —absolutamente todo— empieza a cobrar sentido.