que brillamos tanto cuando nos damos la mano
ella es sólo una tenue luz a nuestro lado.
Déjala, sólo está celosa de ver nuestras sonrisas,
de que ya no necesite que venga a iluminar:
de que mis noches tengan su propia claridad.
Porque he dejado de orientarme mirando al cielo,
y he empezado a guiarme por el mundo mirándote a los ojos
cuando estamos en la cama abrazándonos.
Y es que de repente me he visto haciendo de tus lunares
mi norte, mi sur, mi este y mi oeste;
todos mis puntos cardinales.
Que he tirado a la basura la brújula
y voy siempre con una foto tuya.
Que si me pierdo, sea a tu vera.
Y es que mirarte es ver una galaxia infinita
llena de caminos a la felicidad.
Mirarte es darle sentido a la vida.
Y, cómo decirte que, por fin
gracias a ti
sé lo que es realmente vivir.